A VECES

A veces hay que parar.

No tienes claro un por qué, y ni siquiera el cómo, pero paras. Incluso en contra de tu voluntad.

Te dices: No, sigue luchando. Mañana te levantarás y escribirás una línea; pasado mañana, dos; y así progresivamente.

Pero no lo haces… porque no puedes.

¿Por qué no puedes?

Tantos factores… ¡Qué más da! No puedes y ya está.

B – L- O – Q – U – E – O.

Quieres enfrentarte a ello y seguir luchando, pero es inútil. Hay veces en las que no puedes superarte por mucho que lo intentes.

Estás aprendiendo una lección y no lo sabes aún. Tu cuerpo y tu cabeza te estás enseñando algo: hasta que no comprendas que a veces es necesario parar y descansar, y hagas caso, no podrás avanzar.

Y así llevo más de un año.

A ver cómo le ponemos solución a esto.

Por lo pronto… paciencia.

 

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