BOIKOTEANDO CONCIERTOS
Os voy a contar una experiencia:
El otro día (el 3 de marzo de 2016) estuve en Madrid a ver un concierto de música. Repito, de MÚSICA.
Llegué a Madrid (soy de otra ciudad) por la tarde con tiempo porque no sabía dónde estaba la sala. En cuanto vi a un policía le pregunté por el lugar y lo primero que me dijo fue: «¿Vas al concierto? pues a pasarlo bien.»
Sus palabras me llamaron la atención, y me mosqueó más aún ver varios coches patrulla en la rotonda. El mosqueo ya se volvió susto cuando llegué a la calle en cuestión y vi varias furgonetas de antidisturbios y un número muy elevado de agentes con chalecos antibalas, metralletas, etc… Vamos, la policía a tope y más allá. Le pregunté a uno de los agentes si pasaba algo y me respondió que no, que podía estar tranquilo. Claro, ¡qué me iba a decir!
Dando un paseo para hacer tiempo, vi el control tan grande que había y cómo se registraban vehículos o se identificaba a todo aquél que no tendría por qué estar por allí (ejemplo: un tío en doble fila sin inicialmente un motivo). Ante la duda… prevención.
Os juro que jamás he visto un despliegue policial tan grande para un puñetero concierto de MÚSICA.
Evidentemente, lo primero que me vino a la cabeza fue el atentado de París. Menuda inquietud.
Os estaréis preguntando: ¿y todo esto, para qué? ¿Quién tocaba para que se montase todo aquello?
Pues un tío llamado IDAN RAICHEL.
Su pecado: ser israelí y haber, supuestamente, realizado declaraciones a favor del ejército israelí en el tan manido tema del conflicto Palestina-Israel, siendo acusado de ser un producto promovido y promocionado por Israel para extender su propaganda sionista por el mundo. Ahí es nada. Pero, aunque fuese así, ¿y qué? A Extremoduro o a Pablo Alborán les ha promocionado giras el Gobierno de Extremadura y no pasa nada, ¿acaso no es lo mismo? Al fin y al cabo, cada región o país promociona de forma habitual, si le da la real gana, a sus artistas… salvo Monago, que en las elecciones autonómicas de Extremadura se trajo a Cantores de Hispalis y a Andy & Lucas, con un par.
Éste es Idan Raichel, y ésta es su música:
Partiendo de que me la suda de dónde sea o lo que piense, me hago una pregunta: Si un músico español hiciese manifestaciones a favor del ejército español en un conflicto cualquiera, ya sea frente a England (asunto Gibraltar) o Marruecos (aquel islote llamado Perejil), y cuando fuese al extranjero quisiesen boicotear sus conciertos donde quiera que fuese por ello… ¿no os tirarías de los pelos? ¿No es lógico que un español defienda a España? ¿Pues no será igual de lógico que un israelí defienda a Israel o se posicione a favor de su país? Y repito, no entro en política, sólo pienso con lógica.
Pues nada, va a ser que no lo es tanto, y por eso varios grupos propalestinos (ni un palestino, todos españoles) se habían propuesto boicotear el evento haciéndolo saber por las redes sociales.
Ahora ya sabemos por qué estaban allí los antidisturbios.
Visto lo visto, entre lo de París y entre tanto cafre queriendo armar bronca, como para jugársela, pensarían los dirigentes madrileños.
Y ahora… lo que pasó: estando en la cola, apareció en una calle un grupo de unos quince a veinte jóvenes con una pancarta y un megáfono. Nada más aparecer, dos chicas en la cola empezaron a gritar contra Israel y fueron sacadas de inmediato por la policía, yéndose las dos tan contentas ellas por su hazaña y su gran capacidad de infiltración con el resto, los cuales leyeron (varias veces) un pequeño manifiesto y gritaron consignas en plan: «Israel asesino» o «mira la policía nacional cómo le baila el agua al estado de Israel», mientras nos gritaban (a los que estábamos en la cola) que no entrásemos al concierto, que si lo hacíamos éramos cómplices de no sé qué.
Y yo que iba sólo a ver un concierto de MÚSICA…
No negaré que en la fila hubo quien les contestó y dio alguna voz o incluso sacó banderas de Israel, lo cual me pareció de lo más normal teniendo en cuenta que entre los asistentes al concierto había paisanos de Israel a los cuales no les haría ninguna gracia, pero vamos, que fueron dos voces comparado con el coñazo repetitivo al que me sometieron estos chicos del megáfono, y los que pegaron las dos voces lo más fuerte que dijeron fue «Ignorantes». Además, la nota graciosa la aportó un matrimonio de unos sesenta años para arriba que, en plan «contramanifestación», se plantó allí también con la bandera de Israel y tras mostrar su apoyo a su país, se fue deseándonos un buen concierto.
Ya en la entrada, me registraron de arriba abajo y dentro… ni un sólo incidente, si bien he de decir que me percaté de la presencia de policías de paisano entre el público… pa porsi.
A la salida no había ni rastro de los niños del megáfono ni de su pancarta, pero sí seguía allí la policía. De nuevo… pa porsi.
Vuelvo al principio: yo sólo iba a un concierto de MÚSICA, y me encontré con la manía tan asquerosa que tiene el ser humano de querer complicarlo todo y de querer POLITIZARLO TODO, algo tan propio de nuestros días en esta sociedad de nuestros días con un pensamiento tan de nuestros días como es ése del O CONMIGO, O CONTRA MÍ.
Y ahora voy a contar algo que no he contado antes: mientras estaba en la cola esos chicos del megáfono me llamaron (a mí y a todos los asistentes al concierto) MALNACIDO.
Por ir a un concierto de MÚSICA, por no pensar como ellos, por separar conceptos y diferenciar churras de merinas, por cometer el pecado de que me guste la música de un tío que resulta que nació en Israel y por importarme un bledo lo que piense, aunque resulte que entre sus músicos haya habido palestinos, iraníes, sirios, etíopes y no sé cuántas nacionalidades más, tengan el credo que tengan.
Creo que protestar contra aquello con lo que no estás conforme no es malo. Todo lo contrario, debemos hacerlo, día sí y día también. Pero una cosa es protestar y otra intentar boicotear el espectáculo de una persona por pensar de forma distinta a ti (me estoy acordando de la que le intentaron liar a Albert Pla durante la gira de su espectáculo «Manifestación»), y otra cosa, más fea e intolerable, es que insultes y utilices violencia verbal frente a quien no actúa como tú quisieras. Falta mucho respeto y educación en este puñetero país y en el mundo en general. Me pregunto qué habría pasado si no hubiese estado la policía.
No me molesté ni en contestar a los chicos del megáfono. Eran jóvenes, y los males de la juventud (que viene con sus defectos y virtudes y siempre deseamos que se queden las virtudes) afortunadamente se curan. Lo que no siempre se cura es la estupidez que muchas veces la acompaña. Espero que no sea su caso y que estos jóvenes maduren en el futuro.
Israel
Yo por lo que estoy alucinando es porque ahora explores entre las músicas del mundo. 😉